sábado, 3 de febrero de 2007

claro que te arreglo la canilla

empecé en un trabajo nuevo. como siempre en mi rubro, me llaman para suplir la falencia de mano de obra capacitada en eso de andar por la calle. es como mc-donnals: los chicos de la caja son blanquitos y simpaticones -a veces un poco tontos- pero los que reparten la comida son más morochos, incluso meten miedo a ese porcentaje de la población tan pancha y/o careta como para pedirse un big mac a domicilio.

mc donnals tiene la teoría de que así garantizan que no les roben el camino.

y ojo, yo no meto miedo, y mi morochez es apenas capilar, pero parece que tengo algo -la busarda, la forma de caminar, el lenguaje o la falta de conciencia-que a los tipos les hace pensar que puedo cumplir esa función.

asi que soy un repartidor de mc donnals, pero un rubro un poco más high.

y me tratan como tal: soy parte de ese grupo de los que nacemos para arreglar las canillas de otros. podemos ser amables, simpáticos y hasta deseables, pero nuestro rol en la vida es ese: caer a tu casa cuando se te rompe la canilla.

onda que si lo querés hacer vos sólo, no te sale ni a palos.

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