mi vocación por la busarda llegó al límite: me di cuenta que si seguía así, pronto me iban a quedar sólo dos remeras y un pantalón, así que empecé una dieta casera. durante el día, mate, yogurt, frutas y agua, y en la cena un día carne con ensalada,y el otro algún sustituto.
claro que tengo recaídas: al segundo día me deboré un salamín que traje de corrientes, cuyo culito me mira desde arriba de la heladera.
en una merienda, le agregué medio kilo de mermelada a una tostada de pan integral, y anoche me comí la grasita del bife en teoría magro que me había cocinado.
tengo prohíbido comer afuera: sobre todo ir al peruano de santiago del estero casi esquina belgrano.
lo que aprendí en estos días es que existe toda una linea de productos para los candidatos a la anorexía. la gran mayoría son de la marca Ser y se identifican con el color verde. yo lo aprendí al toque: entro a cualquier lado a comprar y busco el colorcito ese sueva, casi en forma automática.
es increible como funciona la publicidad.
"ser" vendría a ser (jua) como el google de la alimentación: todos lo usamos en forma automática, sin pensar siquiera que hay detrás de esos monstruos.
me pregunto que pasará el día que quiebren o se les caiga la careta.
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